Tendemos a normalizar el estrés y la ansiedad y solo algunos son los que se atreven a pedir ayuda cuando nuestro cuerpo y mente está al límite.
Cada vez hay más personas que me encuentro en consulta con síntomas acordes. Síntomas que indican que no nos cuidamos y queremos lo suficiente.
Hay que comenzar a ser conscientes de que somos humanos y como tal nos equivocamos. No somos más débiles por pedir ayuda o expresar nuestros sentimientos y NO, no hay que poder siempre con todo.
Es normal y adaptativo llorar, estar triste, enfadado, sentirse culpable en algún momento, sorprendido o con miedo… La diferencia al convertirse en algo más grave es saber manejarlo en ese momento, descargar la emoción y seguir con tu vida y no dejar que las emociones te invadan y perjudiquen en tu día a día o te quiten tu felicidad.
Los síntomas más comunes de ansiedad son: incertidumbre, irritabilidad, nerviosismo, dificultad para concentrarse, miedo y percepción de amenazas o peligro constante, palpitaciones, hiperventilación, sensación de ahogo, pensamientos recurrentes negativos, preocupaciones continuas acerca del futuro, alteraciones del apetito y/o del sueño, etc.
Hay herramientas y estrategias que te ayudan a gestionar esas situaciones de sobrecargas, pero ¿te digo una cosa?
La clave de este trabajo y tu felicidad eres tú y si tú quieres cambiar y mejorar tu vida puedes hacerlo.
El primer paso es el más complicado, pedir ayuda, pero luego todo fluye. Venga va, ya puedes comenzar a quererte y cuidarte de verdad. Y si lo necesitas, aquí estaré para ayudarte profesionalmente.
Melissa García Psicología.